Cuando menos aglomerados debíamos estar, la Comunidad de Madrid organizó un acto multitudinario: el cierre del hospital de IFEMA. El calor de la masa hacía imposible guardar la distancia. Con mascarillas y guantes, el cortejo hizo su camino de agradecimientos, con fotos con los sanitarios en las que no se respetaron las distancias de seguridad.
Y por qué no, a la hora del bocata, repartió la presidenta, con la colaboración del alcalde de Madrid y la vicealcaldesa. Mientras, la gente se desplazaba en masa de un lado para otro.
Solo se quedaron fuera del homenaje las recomendaciones sanitarias. "No sé qué ha pasado pero no se han guardado las distancias", reconoció la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, mientras que Rocío Monasterio afirmó que no habían "dado una imagen de relajación que no es la adecuada".
Ángel Gabilondo, por su parte, señaló que había habido "excesiva aglomeración". "Hay más personas de las que se supone en un estado de alarma", criticó.
En un primer momento, Ayuso dijo que ella era "una invitada más" que había ido a clausurar el hospital de Ifema. Sin embargo, según la convocatoria, era la presidenta la que invitaba al acto de clausura por el que un día después tuvo que pedir disculpas: "Me disculpo por la parte de la organización de nuestro evento porque tuvimos que ir todavía menos, pero hay veces que la emoción te puede y ayer se vivió algo especial", defendió Ayuso.
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