Los últimos meses de vida de Miguel Primo de Rivera, padre del fundador de Falange, los pasa en París. Paradójicamente, es la misma ciudad donde se exilió el abuelo de Amapola, Juan Peiró, que llegó a ser dirigente anarquista y hasta ministro de la Segunda República durante la Guerra Civil.

Después de sufrir la represión de Primo de Rivera, al abuelo de Amapola le esperaba la crueldad de otra dictadura, la franquista, que le ejecutó a pesar de su dignidad: "El cura quiso confesarle y él dijo 'no no, no insista usted que yo no puedo hacerlo, sino sería contrario a todo lo que he defendido durante mi vida", explica la nieta de Juan Peiró a laSexta Columna en el vídeo sobre estas líneas.

Muchos años después, la familia de Amapola consiguió que el cuerpo de Peiró descansara donde quería, junto a su mujer. "Mi padre tenía que hacer un pequeño discurso y no pudo, la emoción fue más fuerte. Y dijo solo 'madre, aquí lo tienes'", recuerda Amapola. 

Antes del golpe de Estado y la dictadura que había asesinado a Peiró, hubo una República, un Gobierno democrático que nació desde la esperanza y como respuesta, poco después de su caída, a la dictadura de Primo de Rivera.