Mark Newman fundó y dirige uno de esos fondos: Broadcliff. "España es una gran oportunidad", explicaba. En el mercado hipotecario, promete duplicar o hasta triplicar el dinero invertido aquí. "Si puedes conseguirlos por un buen precio, en un horizonte de tres a cinco años, la rentabilidad puede ser del doble o el triple".

Son fondos oportunistas, Hedge Funds, inversores de capital riesgo, gestoras y fondos buitre. Se les llama buitres porque comen lo que nadie quiere y porque sus víctimas, muertas, no pueden defenderse.

El factor riesgo es el argumento que usan estos fondos, y sus defensores, contra la metáfora del buitre. Por eso ellos prefieren otra parábola: la del pingüino: Entre la agresividad de las aves carroñeras y el buenismo del pingüino pescador, hay una tercera metáfora para explicar cómo funciona un fondo buitre: La del chatarrero.

"Se les conoce como fondo buitre porque hacen lo mismo que hacen los buitres, que es esperar a que la carne esté ahí, a que el animal se muera, que llegue un momento en el que nadie quiera eso para llegar ellos y comérselo. La clave de los fondos buitre es comprar por debajo del precio de mercado, ahí es donde está la gran rentabilidad", explica Pilar Blázquez, periodista especializada en economía.