29 de noviembre de 2003, Bagdad. Después de la invasión estadounidense, ocho miembros del CNI están reconociendo el terreno. Román, su compañero y agente en activo de la inteligencia española, cuenta para laSexta Columna qué ocurrió aquel día en el que visitaban la capital iraquí "para hacer una serie de trámites administrativos y llevar un material de comunicaciones para la gente que teníamos en Bagdad".

"Venía un equipo del CNI a relevar al equipo antiguo y el jefe de todo el operativo, que era Alberto Martínez, lo que hace es llevar a sus compañeros a la capital para encontrarse con otros militares que estaban en diferentes posiciones dentro de la estructura de la ocupación", recuerda el periodista Gervasio Sánchez, que explica que "sale uno de Nayaf y otro de Diwanya y quedan en un punto determinado del camino y ahí se hacen la famosa foto los ocho y siguen el camino". 

En esa foto hay una clave, un elemento que podía diferenciarles de los locales: los vehículos en los que se movían, dos todoterrenos que no estaban blindados. Sobre si deberían haber llevado otro tipo de vehículo, el general de división destinado en Irak en 2003, Eduardo Martínez Viqueira, asegura que "por una parte, está la seguridad y por otra parte está también la discreción. Consideraron que el equilibrio oportuno es el que los llevo a desplazarse de esa forma y así lo ejecutaron y Dios quiso que ocurriera lo que ocurrió".

Sin embargo, para la periodista Mónica García Prieto, "el principal fallo es seguir utilizando un todoterreno en un país invadido", pues, apunta "es signo de opulencia, dinero o presencia occidental". Pedro, otro miembro en activo del CNI, reconoce que la forma de viajar no era la más segura, pero aún así tenía sentido: "Cuando van dos vehículos siempre ganas más en observación, siempre tienes más posibilidades de salir airoso ante una incidencia. Y así, deciden hacer, en un perfil muy bajo de seguridad, un desplazamiento".