España camina al borde del precipicio, pero los populares parecen eufóricos. La sola llegada a La Moncloa de Mariano Rajoy disiparía todas las dudas de los mercados sobre España. Y los puestos de trabajo se crearían por millones. "Nosotros aspiramos a que se creen en la próxima legislatura tres millones y medio de puestos de trabajo", aseguraba Pons en 2011. Además, Rajoy gana las elecciones con una promesa repetida hasta la saciedad: nada de falsas esperanzas. A los ciudadanos, la verdad y nada más que la verdad.

Esa era la teoría. Pero cuando llegan al gobierno, los datos, prácticamente todos, empeoran a gran velocidad. El paro, la deuda o la prima de riesgo aumentan, mientras que el PIB o el número de empresas caen en picado.

Entonces, algunos ministros se aferran a los pocos datos que se salvan del desastre para vender optimismo.

Pero hablar de esperanza no es lo que más se le reprocha al Gobierno de Rajoy. Es el incumplimiento de sus promesas electorales. Primero en Sanidad. “La línea roja ha dicho el pP bien claro dónde está: en la Sanidad, en la Educación y en los servicios sociales”, reflexionaba Cospedal. Sobre el IRPF o el IVA.

A pesar de las duras medidas y recortes, el Gobierno no logra parar el desmorone económico, así que se ven obligados a cambiar de discurso. Sucede el 26 de abril de este año. El lugar: la sala de prensa tras el Consejo de Ministros. Soraya Sáenz de Santamaría, Luis de Guindos y Cristóbal Montoro admiten que cuando termine la legislatura habrá 1.300.000 parados más que cuando llegaron.

También empeoran las previsones de crecimiento para los próximos años. Este año, por ejemplo, la economía caerá casi el triple de lo previsto: un 1,3 por ciento en lugar del 0,5 que vaticinaba el Gobierno.

La receta para salir de la situación: más impuestos y más austeridad. Pero pronto el Gobierno deja atrás las penas y cambia el discurso. La nueva consigna de los populares: optimismo, el fin de la pesadilla está a la vuelta de la esquina.

El renovado optimismo de los populares se apoya en los buenos datos registrados en los últimos meses por las exportaciones y el turismo, por la caída de la prima de riesgo y por el aumento de la competitividad. España se contagia de la recuperación de Alemania y Francia, que salen de la recesión. El paro baja, en 31 personas...

El  94% de los contratos que se firmaron fueron temporales  y el número de cotizantes bajó en casi 100.000. En su cruzada por recuperar el optimismo de los ciudadanos, el PP se ha encontrado con un aliado inesperado: Morgan Stanley, uno de los bancos de inversión más importante del mundo. En un informe titulado "Viva España", asegura que nuestro país "parece representar un caso ejemplar de progreso".

Pero este optimismo choca con los datos... porque la mayor parte de números han empeorado desde la llegada del PP al Gobierno. El paro registrado ha subido en 278.000 personas (de los 4.420.462 en noviembre de 2011, a los 4.698.783 del pasado agosto).

El PIB, que creció un 0,1 durante el último año de Zapatero, cayó un 1,6 en el primero de Rajoy y la previsión es que lo haga otro 1,3 este año. El número de empresas se redujo en más de cien mil durante el primer año del Gobierno popular. Y la morosidad ha aumentado del 7,16% al 11,6%.

Pero nada desalienta al ministro de Hacienda. Para Cristóbal Montoro las cosas no es que vayan bien, es que España es el espejo en el que debería mirarse el resto del mundo.