Bella Inés Mestre lleva años y años luchando contra el sobrepeso: "Con 24 pesaba 130 kilos, nunca había hecho deporte, no me había cuidado. Ahí puse el pie en pared e intenté ponerme por mis propios medios".

Cuando empezó su guerra contra los kilos, hace 25 años, como tantos otros, dio con la persona equivocada. "Fue el caos, perdí mucho peso a costa de la salud".

Comía lo que le mandaba una supuesta nutricionista en la que confió le dijo. Una dieta restrictiva con tan poca comida y de baja riqueza alimenticia que su cuerpo no aguantó: "Me pusieron dos días a piña y pollo. Estaba trabajando, me empecé a encontrar mal y tuve una bajada. Una compañera llamó al centro médico, vinieron y tenía la tensión y el azúcar por los suelos. Me encontraba súpermal".

Hoy Bella trabaja vendiendo comida, pero en aquel momento el fracaso la hundió anímicamente y llegó la frustración: el temido efecto rebote.

"Recuperé bastante peso, más del que tenía", recuerda. Poco después puso sus esperanzas, otra vez, en lugares en los que sería mejor no confiar ciegamente.

"Estamos muy centrados en reutilizar la dieta de una revista, la que encontramos en Internet, en las redes sociales y usamos pautas que no se ajustan a nuestra realidad. La alimentación es una rutina de nuestra vida muy personal", subraya Aitor Sánchez, dietista-nutricionista y tecnólogo alimentario, no tiene dudas.