Como miembro destacado del movimiento obrero, Víctor Díaz-Cardiel sufrió el maltrato de la Policía del régimen franquista. Gabriel Elorriaga, estudiante posicionado del lado conservador, también pisó el calabozo, pero en su caso nadie le tocó. 

Mientras el que fuera exjefe de Gabinete de Fraga apunta que "el maltrato era estar encerrado diez días, sentados o de pie porque no había espacio para más", el que fuera dirigente del Partido Comunista recuerda haberlo pasado peor: "Te daban en la cabeza, un puñetazo, en el estómago, patadas, pisándote los pies. No puedes explicarlo con detalle porque te quedas ahí, sin aliento".

"Estábamos muy protegidos por la situación, nos visitaba el rector de la universidad; el decano del Colegio de Abogados; un obispo, Enrique Tarancón; Ramón Serrano Suñer, que era jefe del bufete donde trabajaba Ruiz Gallardón", apunta Elorriaga, que asegura que "era un nivel de relación que también hacía que nadie se atreviera a tocarnos un pelo. En cierto modo éramos unos privilegiados". "Las torturas eran torturas a la izquierda, comunistas, anarquistas, socialistas, pero normalmente los hijos de la burguesía no fueron torturados", comenta por su parte Guillermo Portilla, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Jaén.