Durante sus años como presidente de Banesto, Mario Conde llegó a convertirse en un hombre muy admirado por gran parte de la ciudadanía. Un éxito que él achaca a que consiguió entrar en el mundo de la banca sin seguir la trayectoria de aval del sistema. "Se rompía la rigidez de una de las estructuras más rígidas y arcaicas que existían en España, que era la banca".

Sin embargo, pese a la admiración que muchos le procesaban, el exbanquero ha asegurado que en ese momento no fue consciente del poder que tenía. "Yo no me creía Dios. No era consciente del poder y del efecto que desempeñaba en la sociedad", ha confesado a Gonzo, reconociendo que no fue hasta tiempo más tarde cuando comenzó a tomar consciencia del efecto que causaba.