Cuando quedaban dos meses para el inicio del juicio por la muerte de su hijo, Rosi reconocía a Gonzo que era una cita para la que "ni pensaba". Su único objetivo era "ver las caras" de los responsables de la empresa, quienes no se dirigieron a la familia tras lo ocurrido.

"Solo quiero verlos, ver cómo son. Necesito ver las caras de ellos. Al principio no tenía fuerza de nada, pero ahora sí", comenta con Gonzo, una cita que la familia afrontaba "con muchas ganas".

"Lo necesitamos. Dos años, día a día, hora a hora... No se puede describir con palabras. Pasar por esto me calma y bastante", añade. Para los responsables, solo pide que "no tengan libertad". "¿Que vayan a la cárcel?", pregunta Gonzo, a lo que Rosi responde tajante: "Sí".