Sin ERTMS ni ASFA
El accidente del Alvia de Santiago fue previsto por un experto dos años antes de producirse: "Urge esta modificación"
El ERTMS es un sistema de frenado automático que fue desactivado en el Alvia accidentado. Tampoco había señalización ni baliza ASFA, que hubiera evitado la tragedia. Así lo explica el abogado del maquinista del tren en este reportaje de Salvados.

Manuel Prieto, abogado defensor de Paco Garzón, el maquinista del Alvia, interviene en el segundo programa de la nueva temporada de Salvados. Su objetivo no es otro que aclarar algunos aspectos técnicos que muchos quisieron pasar por alto para señalar directamente a su defendido como el único responsable de la tragedia del descarrilamiento del tren de Santiago de Compostela en el que murieron 80 personas en 2013.
Poco después del accidente, el responsable del sindicato se puso en contacto con él para explicarle lo que acababa de ocurrir en la curva de Angrois. "Me sorprendió", reconoce. El letrado no entendía cómo había podido ocurrir eso en una línea de Alta Velocidad que se acababa de inaugurar. "Evidentemente, un tren puede descarrilar porque se rompa rueda, se vayan las vías o algo así, pero ¿por un exceso de velocidad en curva? Aquí habrá alguna cosa", pensó aquel día.
Cuando Prieto conoció a Garzón descubrió a un hombre con una enorme fragilidad física y emocional, con estrés postraumático y que lloraba con facilidad. "Acepté defenderlo porque fue un accidente en el que el aspecto técnico tenía mucha relevancia", argumenta.
La desactivación del sistema ERTMS, y la ausencia de la baliza ASFA
Prieto centró sus esfuerzos en "cambiar el relato" y que dejara de empezar por el accidente: "Esto tiene que empezar por la construcción de la línea". Esta línea estaba prevista, en un principio, con el ERTMS instalado desde Ourense hasta Santiago. El ERTMS es un "sistema ferroviario de control permanente de la velocidad", capaz incluso de frenar de manera automática un tren.
Con este estándar europeo, el maquinista ni siquiera tiene que mirar a las vías, porque las señales le aparecen en pantalla. "Le está diciendo: 'reconócela y frena, y si no lo haces, yo te freno'", explica. Eso, a su juicio, habría evitado el accidente. Sin embargo, el ERTMS le fue desconectado al tren siniestrado.
Tampoco existía señalización que advirtiera a los conductores de que había que reducir drásticamente la velocidad en ese tramo de la vía, antes de la curva de Angrois en la que terminó descarrilando el Alvia. "Estaban obligados por normativa a hacerlo", destaca el abogado, detallando además que eran necesarias dos: una de 160 y otra de 80.
"Pero es que esas dos señales, que no estaban puestas, además tenían que llevar una baliza ASFA, otro sistema más primitivo pero muy eficaz: 'Si no reduces a 160 aquí y no reduces a 80 aquí, freno el tren y lo paro", explica. Estas señales, con su correspondiente baliza ASFA fueron instaladas en ese tramo tras el accidente.
Gonzo llega, de manera acertada, a la conclusión de que "si todo hubiese funcionado según la normativa, al maquinista le podría haber dado un mareo entre Ourense y Santiago, que los pasajeros hubiesen llegado tranquilamente, sanos y salvos a Santiago". El tren hubiese hecho automáticamente todo ese proceso.
Un experto advirtió de lo que iba a pasar
"Es un tema que estaba oculto y que nadie había sacado", anuncia Manuel Prieto en el programa de laSexta. "Ese accidente había sido previsto por un jefe de maquinistas a las dos semanas de inaugurarse las líneas". El 26 de dicimebre de 2011, dos años antes del accidente, este experto mandó un escrito en el que solicitaba explícitamente que se implementaran estas medidas.
"Urge esta modificación para evitar urgencias innecesarias en el caso de que el maquinista en ese momento debido a tener que realizar otra tarea preferente no reduzca la velocidad", puede leerse en este informe, tal y como muestra Salvados. Este aviso no fue tomado en cuenta y el accidente ocurrió tal y como había previsto.