Los agentes descubren que los butroneros han intentado acceder a un estanco desde un local anexo. Esa misma noche, las cámaras son testigos de los peligros del turno nocturno para los taxistas de una gran ciudad.

Uno de ellos, avisa a la policía de que acaba de ser agredido por un cliente que no ha querido pagarle la carrera. El taxista presenta un fuerte golpe en la cara y un ojo hinchado.

Los agentes suben al domicilio donde se han producido los hechos para buscar al presunto agresor, pero no lo encuentran. Comienza su búsqueda.

Mientras, dos unidades de policía están realizando un control en la entrada de la Cañada Real para prevenir hechos delictivos como la compra-venta de objetos robados, reciben la alerta de que, en un domicilio, una mujer se encuentra muy nerviosa porque asegura que su amiga la ha amenazado de muerte y se niega a abandonar el piso.

Pero, a veces, los agentes se encuentran con situaciones curiosas. Un ciudadano alerta a la policía de que hay dos niñas merodeando solas por la calle y vestidas con pijama. Situaciones que ponen en evidencia su lado más humano y tierno.