Pesadilla en la cocina regresa a algunos de los restaurantes más carismáticos de la primera y segunda temporada para descubrir qué ha sido de ellos, si realmente siguieron a pie juntillas los cambios que propuso Alberto Chicote, si han conseguido salir adelante, si han vuelto a las andadas o si el restaurante ha sucumbido al fracaso.
En algunos casos el paso de “Pesadilla en la cocina” por el restaurante supuso un verdadero revulsivo y logró un completo cambio de actitud y de rumbo. En otros, sin embargo, el resultado fue muy distinto.
Además, en la tercera temporada
Alberto Chicote se enfrenta en esta temporada a algunos de los casos más extremos desde que comenzó su andadura en Pesadilla en la cocina, tanto por el temperamento de sus protagonistas como por las nefastas condiciones de algunas de sus cocinas. A pesar de la petición de auxilio y de un dócil talante en los comienzos, a algunos de los dueños o empleados no les resultará sencillo escuchar sus continuos errores, descubrir que tienen menos talento del que pensaban o aceptar una dura realidad ante la que se han puesto una máscara.
Así es el bar del C.D. Estoril II
"Estas croquetas parecen la Bahía de Ha-Long de Vietnam": Chicote alucina con la comida del bar del Estoril
Alberto Chicote prueba la comida del restaurante Estoril, en Móstoles. Desde "croquetas congeladas" a los peores calamares del mercado: "Te vuelve el bocadillo a la cara, te duele hasta los dientes".