Empieza un nuevo servicio en El submarino con Manuel al frente. Un servicio caótico que Carmen y Verónica acaban abandonando.

En el servicio de El submarino con Chicote observando reina el caos. Debido al descontrol, los clientes se empiezan a impacientar y se toman ellos mismos las comandas. Incluso se acercan al El submarino para recoger sus pedidos.

Un hecho por el que se inicia un rifirrafe entre Manuel y la hija de Carmen que aumenta de tensión cuando el propietario da un golpe en la mesa. "Ni me grites ni me golpees porque no tienes ni puta idea de lo que va la hostelería", le dice Verónica que le recuerda que está en el restaurante por ayudar a su madre no a él.

"Atended los pedidos con la boca cerrada, coño", les dice el propietario. Una orden que se convierte en la gota que colma el vaso y por la que abandona Carmen el servicio de El submarino. "Ni negocio, ni familia, ni hostias. Esto es una puta mierda", dice mientras abandona el 'barco'.

La pareja de Manuel no ve que la situación tenga solución al igual que Verónica que también abandona detrás de su madre. "No te voy a ayudar más. Hala, hasta luego", se despide.

Otros momentos destacados

Tras el abandono, los comensales se van de El submarino sin comer y el dueño se queda totalmente solo después de que Carmen y Verónica abandonen el 'food truck'. A pesar de ello, Manuel sigue apostando por su idea de negocio que cree que es un éxito y cuestiona la profesionalidad del chef. "¿No te has equivocado nunca?", le desafía.

Después de darse una oportunidad y reformar El submarino, arranca el servicio de reapertura que se desarrolla entre cagada y cagada de Manuel. "No te mato porque voy al talego después", comenta Chicote. Afortunadamente, salen a flote y termina el servicio siendo un éxito.