En una de sus entregas, Pesadilla en la cocina puso rumbo a Alicante. En esta ciudad, Alberto Chicote y su equipo acudieron al Hot Beach. Este negocio esta ubicado en el puerto de la ciudad y se sostiene gracias a las despedidas de soltero y otro tipo de celebraciones ya que entre semana, cuando funciona como restaurante, no cuenta con muchos clientes.
Los empleados del establecimiento tampoco mejoran lo presente. El cocinero del Hot Beach es, en realidad, albañil. A esto se añade que los camareros no son profesionales, que la pareja del dueño no cumple su cometido como socia y que los electrodomésticos no funcionan. Por si no fuera suficiente, los conflictos entre los trabajadores son algo habitual y la aparición de cucarachas ha terminado por romper el poco orden que quedaba en el local.
Todo esto ha provocado que una pareja que contrae matrimonio en el Hot Beach dentro de cinco días esté completamente destrozada al ver la situación. Y es que, cuando la novia prueba los platos, rompe a llorar desconsoladamente.
Las impresiones de Alberto Chicote al probar el menú del Hot Beach no son mucho mejores. Una hamburguesa de queso de cabra consigue ser descrita como 'una puta mierda'.
Más adelante, el chef pasa revista a la cocina del Hot Beach. Como puede verse en el vídeo principal , al mirar en sus cámaras frigoríficas encuentra unos postres eróticos de chocolate. Más allá del primer impacto, Chicote alucina cuando se da cuenta de que los propietarios del local reciclan los falos de cacao que otros clientes han comido antes: "¿La gente los muerde y los volvéis a poner?".
Tras este mal trago, Alberto Chicote decide observar cómo es un servicio en el Hot Beach. La cocina se sume en el caos presa del colapso y los clientes muestran su desagrado hacia el servicio del restaurante. Juanma, dueño del local, intenta escabullirse de lo sucedido, pero Chicote no acepta sus excusas.
Por si no hubiese tenido suficiente, Chicote también tiene que soportar un momento didáctico. El propietario del Hot Beach muestra al chef cómo hacer patatas fritas y croquetas congeladas. Ante esta situación, el chef de Pesadilla en la cocina emplea la ironía.
Los días de estrés terminan pasando factura a Juanma ya que sufre problemas de salud. Esto provoca que decida confesarse con Alberto Chicote. Al parecer, su padre falleció en el Hot Beach y él vive con el miedo al que pueda sucederle lo mismo.
Por otro lado, Chicote también tendrá tiempo para conocer a unas pequeñas criaturas que habitan en la cocina del Hot Beach. Se trata de las cucarachas, que campan a sus anchas por el restaurante. Aunque esto puede provocar problemas de seguridad alimentaria, los trabajadores del restaurante ni se inmutan.
Después de estos duros días, el equipo de Pesadilla en la cocina hace su magia. Hot Beach deja de ser un restaurante desfasado para convertirse en Gold Beach, un local actualizado y refinado con temática disco. Además, ya no alberga ningún tipo de dulce con forma genital en su menú, un gran paso adelante en la oferta gastronómica del establecimiento.
Con una novia al borde del ataque de nervios, Alberto Chicote se enfrenta a preparar el servicio para una boda. Mientras Juanma y sus empleados lo dan todo, su socia y pareja prefiere disfrutar el evento nupcial y se convierte en una invitada más, aunque esto pueda suponer un paso más hacia el fracaso.
Para poner el broche de oro al evento, a pesar de las dificultades, Alberto Chicote decide tener un detalle con los novios. Después de encargarse del servicio, decide regalar a los recién casados una de sus famosas chaquetillas. La pareja muestra su sorpresa y agradece al chef su gesto.
(*) Desde laSexta.com estamos recuperando los mejores momentos de la hemeroteca de Pesadilla en la cocina.
"Tenemos una masacre en cocina", afirma el dueño
El dueño del CD Estoril sale a fumar dejando sin comida a sus clientes: "Si tienen que pasar hambre que pasen"
"Álex y Vero se salen a echar un cigarro y dejan al cocinero que están formando solo", afirma indignado Alberto Chicote al ver cómo el dueño del Estoril y la camarera abandonan el local ante el caos del servicio.