Como todo buen fénix, y siguiendo con la similitud con este animal mitológico, el restaurante tiene una complicada historia que afrontar antes de resurgir de sus cenizas. Y es que los comienzos del chef en este local de Elche,fueron un tanto complicados.

"Comer aquí es como comer en un piso de estudiantes", se quejaba Alberto Chicote al dueño del Phoenix, Cristian, quien no dejaba de poner excusas ante las evidentes deficiencias de su cocina y su forma de gestionar el negocio. "¡No soy un puto cocinero de mierda!", le espetaba Cristian. Una lapidaria frase que le llegó "al alma" a Chicote.

(*) Desde laSexta.com estamos recuperando los mejores momentos de la hemeroteca de Pesadilla en la cocina.

Otros momentos destacados

Tras la espectacular reforma que se muestra en el vídeo de cabecera de este reportaje, llegó el momento de la verdad. Era la hora de reabrir e implementar los cambios que el equipo de Pesadilla en la cocina había ideado para darle una nueva vida al Phoenix. Sin embargo, el servicio comenzó de una manera un tanto accidentada, con discusiones en la cocina y un camarero terco y obstinado que aún no había conseguido adaptarse al nuevo ritmo.

"Gracias por el trabajo", ironizaba Cristian ante Yerdin, que también se lleva una reprimenda de Chicote. "Para no tener ni idea, eres muy arrogante". "La culpa es mía ahora", respondía Yerdin indignado. "De quien no es, es mía, te lo digo yo. ¿De quién es? ¿del pato Lucas?", se molestaba Chicote.

Con el fin de sacar la nueva carta adelante, el dueño del Phoenix se metió en la cocina para echar una mano a sus trabajadores. Un lugar que, sin duda, no era su hábitat natural. En un descuido, Cristian tiró algunos de los platos que ya estaban preparados, entre ellos, los 'finger', se lamentaba el improbable cocinero. "Los 'finger' te los voy a cortar yo como no corras", le espetaba Chicote. El retraso en las comandas era más que evidente y el servicio estaba atascado. Para evitar que colapsara, Alberto se metió en cocina y puso orden en las comandas y el equipo de Phoenix. Una decisión que hizo que el equipo reaccionara y la situación mejorara notablemente.

La intervención del equipo de Pesadilla en la cocina obró la magia en este restaurante de Elche que logró renacer de sus cenizas.