Bárcenas vuelve a pedir su libertad. Es la tercera vez que lo hace en los 132 días que lleva en la prisión de Soto del Real. Está bien, pero no quiere quedarse. Por eso, Gómez de Liaño vuelve a solicitar su puesta en libertad, y lo hace con un escrito dividido en dos partes.

Empieza por el cohecho. El abogado de Bárcenas asegura que es difícil cometerlo si no se ocupa ningún cargo público. "En ninguno de los autos se concreta qué dádivas recibió el señor Bárcenas, tampoco en función de qué se pudieron entregar, ni a qué contratos se vinculaban".

Además, analiza los delitos contra la Hacienda pública. Afirma que aquellos anteriores al año 2003 ya habrían prescrito, y le recuerda al juez Ruz un auto de una pieza separada de esta misma causa en el que daba por prescritos delitos fiscales del año 2007.

También habla Gómez de Liaño del supuesto blanqueo de capitales. No lo analiza en profundidad, pero afirma: "el señor Bárcenas nunca cambió de banco [...]  Ni la estructura societaria es compleja, ni el señor Bárcenas esconde nada. Nunca hubo dudas acerca de la titularidad de las cuentas del señor Bárcenas".

Liaño vuelve a insistir en que no hay riesgo de fuga. Dice, que si Bárcenas hubiera querido fugarse, habría tenido tiempo de hacerlo desde 2009, en cualquiera de los viajes al extranjero que realizó.