Tradicionalmente, los asalariados ya pagábamos un tanto por ciento del coste total del fármaco, con una receta verde que nos obligaba a aportar un 40% de su valor. Mientras que los pensionistas, con una roja, no pagaban.

Con la ley del 1 de julio de 2012 aparece una única receta de color azul y suben los porcentajes: Ahora el copago/repago farmacéutico establece que los asalariados paguemos entre un 40 y 60% del precio de las medicinas y que los pensionistas adelanten un 10 o un 20% de coste de los medicamentos que les recete su médico.

Un porcentaje que se calcula en función de la renta de cada uno, con topes para los jubilados de entre 8 y 60 euros al mes.

Además, desde septiembre de 2012, pagamos de forma íntegra unos 425 medicamentos de uso cotidiano y desde el 1 de octubre de 2013 el copago afecta -incluso- a los fármacos de dispensación hospitalaria para enfermos crónicos.

Ahora, por ejemplo, los enfermos de Hepatitis o VIH deben pagar el 10% del coste de cada envase que se lleven de la farmacia del Hospital, con un tope de cuatro euros con 20 céntimos.  Ana Mato, Ministra de Sanidad, asegura que "los españoles esperan una sanidad pública, gratuita y de máxima calidad y en eso estamos trabajando".

Y no solamente pagamos en las farmacias; el transporte en ambulancia en casos  no urgentes también sale del bolsillo del enfermo: cada trayecto nos cuesta en ese caso 5 euros, aunque Sanidad estableció unos topes, para enfermos que recurren de forma continuada a este recurso, por ejemplo aquellos que reciben un tratamiento de diálisis.

El tope oscila entre los 20 y los 60 euros al mes y, una vez más, el criterio que determina una u otra cantidad es la renta de cada uno.