Iba a ser una urbanización sin precendentes en la provincia. 7.500 viviendas, tres campos de golf y un hotel de 300 plazas. Pero se topó con la Justicia. En 2009, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ordenó su paralización.

Todo surgió a instancias de varios grupos ecologistas que, a raíz de anunciarse el proyecto, comenzaron a investigar sobre sus posibles consecuencias en el medio ambiente. Entre ellas, el riesgo para un bosque de pinos centenario y para una pareja de águilas imperiales, especie protegida que vivía en la zona. La justicia les acabó dando la razón, aunque no pudieron evitar el comienzo de las obras. La empresa taló 10.000 árboles y construyó 25 kilómetros de carretera antes de que llegase la resolución del juez.

Los ecolgistas denuncian que aún no se haya restituido el daño. Pero el Ayuntamiento insiste en que no tienen recursos para ello. Entre los vecinos, disparidad de opiniones. Mientras algunos están de acuerdo con la paralización del proyecto, otros defienden las ventajas que podría suponer para el pueblo.

La promotora ya ha anunciado su intención de retomar el curso de las obras, ya que, según defienden, en su día recibieron todos los permisos. Todo apunta a que la lucha en los juzgados por los terrenos de Villanueva de Gómez no ha hecho más que empezar.