Díaz Ferrán vuelve al banquillo. La razón: 7.560 clientes estafados, de los que 4.700 todavía no han visto un euro y 4.400.000 euros no devueltos. El juez imputa a Díaz Ferrán por un delito continuado de  apropiación indebida.

Según Santiago Pedraz, en la última época de Viajes Marsans, la compañía aceptaba el dinero que los clientes abonaban por su viaje, pero ese dinero no llegaba a las operadoras.

Se ingresaba en una cuenta ajena al grupo Marsans, que fue engordando con las reservas de los clientes. Una vez que se declaró el concurso de acreedores, el dinero se envió a otras sociedades cuya administrador es el otro imputado: Iván Losada.

La investigación considera a Ángel de Cabo el testaferro de Díaz Ferrán y de su socio, ya fallecido. Losada es su mano derecha. El juez ve suficientes indicios para comenzar el juicio contra Díaz Ferrán y Losada, cree que dejaron a miles de personas sin sus viajes. Ese fue el caso de unos jubilados que pagaron sus vacaciones a Benidorm y que no volvieron a ver su dinero.

Ahora, cuatro años después, el juez considera que tiene la suficiente información para juzgar Díaz Ferrán, que suma a las tres causas que tiene abiertas el expresidente de los empresarios. Por vaciar el grupo Marsans, por delitos contables en la quiebra de seguros mercurio y por planificar la comercialización de las participaciones preferentes de Caja Madrid.

La balanza con la justicia le es muy desfavorable. El año pasado fue condenado cubrir el agujero patrimonial de Viajes Marsans. 552 millones de euros que debe pagar junto a los herederos de su socio. Además está condenado a dos años y dos meses de cárcel por defraudar 99 millones a Hacienda por el caso Aerolíneas Argentinas. Ahora, volvera a sentarse, otra vez, en el banquillo.