Arantxa Palomino defiende no haber envenenado a su tía Isabel, a la que dice que no le faltó de nada. Es lo que aseguró en su declaración ante la jueza que investiga la muerte de la anciana, una defensa en la que señala a sus "familiares de Asturias".

"Me llaman asesina porque todos ellos querían el dinero -de la herencia- y no soportaban que mi tía tuviera buena relación conmigo", afirmó. Al contrario que Luis Lorenzo, contestó a todas las preguntas que se le formularon. Palomino asegura que su tía se muda con ellos en mayo de 2021 y que su deterioro es muy rápido.

También cuenta que el día que murió Isabel, ella no estaba en casa, enterándose "por una llamada de la chica que la cuidaba". Esa cuidadora es la que afirma que suministraba las pastillas que le eran recetadas, un tratamiento caro, según recuerda: "Un neurólogo le recetó nuevamente las pastillas por la Seguridad Social, ya que mi tía no podía pagar sus pastillas".

Esta versión choca con el hecho de que la víctima tuviese más de 50.000 euros en su cuenta. Palomino afirma que su tía Isabel habló con su familia "hasta que ella quiso", aseverando que la tenían "coaccionada".

Acerca de los 140.000 euros que ella y Luis Lorenzo tenían en metálico en su casa tras la muerte de Isabel, Palomino aclara que Lorenzo "no se fía de los bancos", lo que le hizo tener el dinero "en diferentes sitios por si venían a robar". Agrega que el dinero recibido de la herencia fue para costear su funeral y entierro: "Mi tía me dejó casi todo porque no tengo madre y yo la cuidaba mucho".