Casa de los horrores

Leo Álvarez, sobre los niños de la casa de Oviedo: "Se quedaron ensimismados con un caracol, como si no lo hubieran visto nunca"

Una vecina dio la voz de alarma al escuchar a los niños. Decidió llamar al ayuntamiento de la localidad ya que sospechaba que no iban al colegio. Los agentes, al entrar a la casa, encontraron a los tres pequeños en condiciones de abandono.

Una vecina dio la voz de alarma al escuchar a los niños. Decidió llamar al ayuntamiento de la localidad ya que sospechaba que no iban al colegio. Los agentes, al entrar a la casa, encontraron a los tres pequeños en condiciones de abandono.

La Policía Local de Oviedo ha rescatado a tres menores que llevaban desde 2021 encerrados en su casa. Los pequeños, de entre ocho y diez años, estaban sin escolarizar , no recibían asistencia médica y, además, estaban en condiciones de abandono. Como expone Iñaki López, los agentes sospechan que los niños "nunca habían estado al aire libre e incluso el contacto con la hierba les llamaba la atención".

El descubrimiento se llevó a cabo gracias a una vecina que escuchaba a los niños pero no los veía y, por ello, decidió llamar a la sección de familia debido a que sospechaba que no iban al colegio. La policía comenzó un seguimiento que, finalmente, les llevó a descubrir a los pequeños. "Benditos curiosos", comenta Cristina Pardo. Leo Álvarez indica que la casa se encuentra en una zona "bastante diseminada" a las afueras de la ciudad.

El periodista explica que cuando los niños salieron al exterior de la casa con la Policía Local "dan una bocanada de aire tremenda". "Tocan la hierba, uno se queda ensimismado con un caracol, como si no lo hubiera visto nunca", añade Álvarez. Los pequeños todavía llevaban pañales, mascarilla y dormían en cunas. "En la casa había excrementos de un gato que estaba gravemente enfermo", indica el periodista.

La policía, durante su seguimiento, además descubrió que solo había una persona empadronada en el chalet, que solo una persona salía al porche a recoger los pedidos de un supermercado que, además, era "muy superior al que tendría que pedir una persona que vive sola".