Martín Parras, dueño de la almazara Marín Serrano, asegura que el robo que sufrió su empresa fue de película. Relata que los ladrones entraron como si fuese una venta normal. "Llegaron de madrugada, abrieron las puertas y sabían dónde tenían que ir. Entraron con un camión, enchufaron las máquinas y colocaron las mangueras. Cargaron sus cisternas y creemos que luego cargaron otra vez porque cargaron dos cisternas", narra en Más Vale Tarde.

Parras señala que nadie se dio cuenta, a pesar de que su almazara se encuentra en medio del pueblo. Al día siguiente, a las 7 de la mañana fue cuando se encontraron con lo sucedido. "Vimos que faltaba un candado de la puerta principal y cadenas rotas que accedían a la zona de las bodegas", añade.

En este sentido, explica que detrás del robo se encuentra una banda bastante profesional y que ese aceite ya tiene un comprador. "Se usaron cisternas completas, que es lo que se usa para después envasar. Esas cisternas tienen una gran cantidad de papeles, donde sale quién lo vende, quién lo compra, el lote y dónde va a descargar", señala.