Según Patricia Cuesta, subdirectora de 'Equipo de Investigación' de Antena 3, Ángel de Cabo es un hombre "envuelto de opacidad". "Su mejor arma era la discrección, nadie sabía exactamente quién era y a cargo de qué empresas estaba".

'El liquidador', antes fontanero, se dedicaba a comprar empresas en quiebra y a prometer viabilidad. Esas promesas no se llevaban a cabo y todo terminaba con un vacío del patrimonio del capital y los activos de las empresas que compraba. Lo que dejaba Ángel de Cabo eran gruesas facturas y mucha gente estafada en el camino.

Sus colaboradores y la gente que le conocía lo definían como "un auténtico tirano", "un déspota que faltaba contínuamente el respeto a sus trabajadores". Todo lo contrario que parecía mostrar en el exterior. Uno de sus colaboradores cuenta como su ambición no tenía límites. "No se si era para alimentar su leyenda pero Ángel de Cabo, tras las comidas de empresa, se encendía los puros con billetes de 50 y 100 euros".