Víctor Aparicio, enfermero en la UCI del Hospital Gregorio Marañón en Madrid, ha mostrado su indignación por las imágenes que protagonizaron muchos irresponsables el fin de semana al formar parte de fiestas y otro tipo de aglomeraciones tras el fin del estado de alarma, pero ha asegurado que ya se lo esperaba: "No nos han sorprendido nada. Hasta los políticos eran deseosos de ellas para poder volver a lanzarse ladrillos unos a otros". Y ha denunciado que los dirigentes "vuelvan a improvisar".

"Todos sabían que en algún momento iba a acabar el estado de alarma y que tenían que tener algún mecanismo de acción", ha recordado Aparicio, que ha matizado: "No tienen nada, han dejado que esto fluyera para tener nuevas herramientas con las que ir diciendo dimes y diretes entre gobiernos autonómicos y el Gobierno central". En este sentido, ha lamentado que "los que están en el centro del disparadero" son nuevamente los sanitarios: "Porque el estado de alarma ha desaparecido, pero no el estado de alerta".

El enfermero ha querido poner énfasis en la situación que viven aún los profesionales de la salud: "Nuestro tiempo libre, nuestros permisos sin sueldo y nuestros fines de semana están todos supeditados a cómo va a ir evolucionando la pandemia". Una situación que no mejora notablemente: "Durante 15 meses no han dejado de sucederse los ingresos por urgencia de coronavirus, las UCI no se han vaciado, ni las plantas, y no hay previsión a medio o corto plazo de que esto se vaya a acabar". Así, Aparicio ha lamentado que hoy se llame a los sanitarios para que hablen "de este escándalo de imágenes" y para ponerles en "esa posición paternalista" en la que deben decir que se ha actuado "de forma que no debiera".

"Pero dentro de un mes nos llamaréis para saber qué ha pasado con esta quinta ola, o con 'salvemos las vacaciones' o 'salvemos la hostelería", ha proseguido el enfermero, que ha insistido en que hay que "tomar conciencia: "Los sanitarios no estamos haciendo algo bien cuando nuestro mensaje no está calando. Hay un deterioro físico y emocional por parte del trabajador sanitario que ya no es sostenible en el tiempo". Y ha advertido: "Este año, sí o sí, los sanitarios vamos a tener que descansar. Y nos van a poner en una tesitura muy desagradable, porque posiblemente mucha gente este año decida que cuelga su bata y sus guantes y que aquí se quedan".

En contraposición, ha señalado que las comunidades no están en disposición de sancionarles si renuncian a sus contratos: "Estamos en nuestro pleno de exigir que se nos cuide, que se vele por nuestra salud y nuestra integridad física". De momento, para salvar la situación actual, Aparicio apuesta por poner al frente "a mucho psicólogo y terapeuta, porque hay que saber gestionar esta emocionabilidad. La gente está con muchísima ansia de volver a recuperar esa normalidad tan deseada. Hay que saber canalizar esto".

"Hemos visto en la Comunidad de Madrid una propaganda en la que hemos oído tan unidos la libertad y las cañas que uno no sabía si estábamos en unas elecciones electorales o en una rave", ha expuesto el sanitario, que ha zanjado: "Hay que hacer un uso responsable de nuestra salud y de la de nuestros allegados. Tenemos que aludir a la responsabilidad ciudadana y de los políticos. No pueden dejar que las cosas se desmadren para luego justificar esas políticas".