En el último año han crecido exponencialmente las denuncias por sextorsión, un tipo de chantaje en el que los extorsionadores piden una suma de dinero para no difundir un vídeo de carácter sexual. Más Vale Tarde ha podido conversar con un empresario que sufrió uno de estos chantajes.

Como ha explicado, le contactó una mujer con un para realizar una entrevista por videollamada y llegar a acuerdos profesionales. Cuando se conectó a la videollamada frente a la cámara apareció una chica desnuda realizando "tocamientos y posturas pornográficas". Cuando lo vio, se lo tomó "a risa" pero se desconectó inmediatamente. Días después le volvieron a contactar y le pasaron un link de un vídeo de Youtube en el que se podía ver un vídeo montaje donde tenían grabada su cara. "Inmediatamente se notaba que había un corte y se veía a una persona masturbándose". Se quedó "totalmente impactado". El empresario ha añadido que "querían hacer ver que yo era un pederasta" ya que en el título del vídeo ponía "se masturba haciendo una webcam con una niña pequeña". Los extorsionadores le pedían 7.500€. Si no pagaba esa suma de dinero iban a difundir el vídeo en su entorno profesional.

Además de la sextorsión, entendida como la difusión de contenido de tipo sexual, la abogada Beatriz de Vicente ha indicado que también puede ser interpretada como una agresión sexual. En este tipo de chantajes, el extorsionador consigue imágenes de su víctima y se la presiona y fuerza a hacer cosas de carácter sexual para conseguir más imágenes. Como ha explicado la abogada, según una sentencia del Tribunal Supremo del año 2021, ya está considerado como un delito de agresión sexual y dice que "aunque no haya contacto físico entre agresor y víctima hay un campo de intimidación que coarta su libertad sexual". Esto significa, como ha concluido, que se puede "agredir sexualmente a alguien en la distancia forzándole a hacer cosas que no quiere".