Políticas extremas en Hungría
Viktor Orbán y su 'laboratorio' ultraderechista: prohibiciones y represión contra LGTBIQ+, feminismo y migración
¿Qué está pasando? Viktor Orbán está aplicando leyes y medidas cada vez más duras para prohibir el Orgullo LGTBIQ+, restringir derechos de mujeres y migrantes, y amenaza con multas y cárcel a quienes defienden la diversidad en Hungría.

En pleno siglo XXI, en el corazón de Europa, un gobierno ultraderechista está dispuesto a pisotear los derechos básicos de un colectivo que lucha por ser libre y visible. Viktor Orbán, primer ministro de Hungría y uno de los líderes más autoritarios del continente, intenta reprimir a toda costa la celebración del Orgullo LGTBIQ+ en Budapest.
No es solo una cuestión de multas o amenazas: Viktor Orbán ha anunciado penas de cárcel para quienes organizan la marcha y para el alcalde que la respalda, y castigos económicos para cualquiera que se atreva a participar. La extrema derecha, más activa que nunca, planea boicotear las celebraciones.
Cada año, Viktor Orbán sube la apuesta en su cruzada contra la diversidad sexual. Su férrea mano dura se ha convertido en un modelo para la ultraderecha mundial: partidos como Vox en España están cada vez más cerca de su círculo, incluso recibiendo apoyos económicos vinculados a su entorno.
Hungría es hoy un laboratorio de las ideas más duras y represivas de la ultraderecha. La ley de propaganda anti-LGTBIQ+ prohíbe mostrar en público cualquier expresión de identidad sexual, bajo la excusa de "proteger a los niños". La Constitución fue modificada para impedir el matrimonio igualitario, reconocer solo dos géneros y vetar la adopción a parejas del mismo sexo. Además, cualquier ciudadano puede denunciar anónimamente a quienes incumplan estas normas.
Aunque Viktor Orbán insiste en que es "bastante tolerante", sus acciones demuestran lo contrario.
Su ofensiva ultraconservadora también golpea al feminismo. En 15 años en el poder, eliminó la igualdad salarial, mantiene el aborto legal, pero con obstáculos como escuchar el latido del feto y charlas disuasorias. Para Viktor Orbán, lo primero es aumentar la natalidad, sin importar los derechos individuales.
Antes de estas medidas sociales, su política estrella fue la persecución a migrantes y refugiados, principalmente sirios, usando vallas, concertinas y devoluciones inmediatas en la frontera con Serbia. En 2015, rechazó cumplir con las cuotas europeas de acogida, difundiendo la idea de una supuesta "invasión".
Con estos tres pilares —ataque a la diversidad, retroceso de derechos de las mujeres y política migratoria restrictiva— Viktor Orbán se ha aliado con líderes como Milei, Trump, Meloni y Abascal, reforzando una agenda ultraderechista global.