El Gobierno de Pedro Sánchez encara este miércoles la primera votación crítica de la legislatura con los 'decretos ómnibus'. En el Congreso de los Diputados, estos megadecretos se convalidan sin desmenuzar, generando un cóctel legislativo donde medidas dispares son aprobadas de un plumazo. La fórmula, avalada en 2014 por el Tribunal Constitucional, ha llevado a situaciones surrealistas, como modificar la comisión que controla el CNI mientras se debatían medidas económicas para combatir el impacto del confinamiento.

Durante la pandemia, la "extraordinaria urgencia" justificó decisiones a la ligera, donde diputados, en un mismo voto, decidían sobre mascarillas y pensiones. Un real decreto ley en febrero de 2022, por ejemplo, proponía el uso continuo de mascarillas en las calles y, pese a la oposición, incluía la actualización de pensiones según el IPC.

El megadecreto de marzo de 2022, compuesto por 39 normas, abordó desde medidas antiinflación por la guerra en Ucrania hasta la regulación del precio del gas y cambios en la Ley de Asilo. Incluso el South Summit se coló en la ecuación, desafiando la lógica de conexiones legislativas, al vincular exenciones fiscales con el bienestar de las familias españolas.

Este caótico menú legislativo plantea un dilema para la oposición, ya que si una norma incluye medidas populares, como una subida de pensiones, es difícil votar en contra, incluso si no se está de acuerdo con otras disposiciones.