Los niños son imprevisibles. No les importa si están en una ponencia, una investidura o cualquier acto solemne. Lo vimos en la reciente investidura de Ángel Víctor Torres como presidente del Gobierno de Canarias. Durante el evento, desde la tribuna de invitados, el hijo del nuevo presidente llamó a su "papi, papi", robándole el protagonismo y provocando risas y ternura entre los presentes.
No es la primera vez que los hijos de figuras públicas acaparan la atención durante momentos importantes. En una entrevista, el hijo de Mariano Rajoy causó revuelo cuando, tras una intervención espontánea, recibió una doble colleja de su padre, un gesto que quedó grabado en la memoria colectiva.
La historia está llena de estos momentos. Hace 61 años, una famosa foto mostraba a John F. Kennedy con su hijo asomándose desde el escritorio del Despacho Oval. Décadas después, la Casa Blanca distribuyó una imagen entrañable de Sasha Obama jugando en el mismo despacho. Y no podemos olvidar al hijo del exagente del Servicio Secreto, que durante una visita presidencial, decidió echarse una siesta en plena Casa Blanca.
El papa Francisco también es testigo frecuente de estas situaciones. En sus audiencias en el Vaticano, es habitual que algún niño se acerque y hasta le quite la silla. Estos momentos se han vuelto parte del encanto de sus apariciones públicas.
Durante la pandemia, estas interrupciones se volvieron comunes. En una sala de prensa virtual de Ciudadanos de Inés Arrimadas, un niño apareció inesperadamente, demostrando que, a veces, los dibujos de una 'M' pueden ser más importantes que cualquier declaración política. El periodista Mariano Alonso, de Libertad Digital y esRadio, tomaba la palabra para preguntar. Y en medio de su pregunta se oye cómo la puerta de la habitación se abre, se trataba de la hija de Alonso, que había entrado para enseñarle sus progresos. "¡He hecho la tuya, he hecho una 'M'!", decía con orgullo a la pequeña. "Mi hija ha hecho una 'M', hay que celebrarlo", decía entre las risas de sus compañeros, antes de retomar el hilo.
Sin embargo, el auténtico pionero de estas escenas memorables fue el profesor Robert Kelly, cuyo momento en directo con la BBC se volvió viral. Primero, su hija entró bailando en su despacho, seguida por su bebé en un andador y, finalmente, su esposa intentando sacar a los niños de la escena, creando un caos inolvidable.
La 'francoesfera'
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Una cortina de humo El Partido Popular y otras formaciones de la derecha se oponen sistemáticamente a las iniciativas de memoria democrática. En lugar de apoyar las medidas para reparar a las víctimas del franquismo, argumentan que recordar el pasado es innecesario y distrae de los problemas actuales.