El hemiciclo del perdón
Los socios se revuelven y la oposición carga: el perdón de Sánchez no basta
¿Qué piden? Sumar reclama un nuevo equilibrio en la coalición, ERC y BNG exigen explicaciones en el Congreso, y desde el PP y Vox acusan a Sánchez de refugiarse en las palabras para evitar responsabilidades políticas.

Ya ha pasado un día desde que Pedro Sánchez lanzó su inesperada petición de perdón por haber confiado en Santos Cerdán, una frase que ha removido los cimientos del panorama político: "Perdónenme por confiar, no soy perfecto". Sin embargo, esa disculpa no ha sido suficiente para muchos, y las reacciones en el Congreso y en la política española no se han hecho esperar.
Para poner en contexto, recordemos que en 2014, cuando Sánchez llegó como nuevo secretario general del PSOE, su discurso ante el Congreso fue mucho más duro hacia el entonces presidente Mariano Rajoy, acusado de corrupción con la Gürtel: "Señor Rajoy, al Congreso no se viene a pedir perdón, sino a dar explicaciones, rendir cuentas y asumir responsabilidades". Ahora, una década después, el foco se ha desplazado y es Sánchez quien debe dar explicaciones, en un giro que no todos ven con buenos ojos.
Dentro del PSOE, la mayoría de sus militantes y dirigentes han aceptado el perdón, entendiendo que todos cometemos errores. Sin embargo, voces históricas del partido como Odón Elorza han mostrado su desacuerdo, pidiendo que el presidente se someta a una moción de confianza para recuperar la credibilidad perdida. Más contundente aún, el alcalde socialista de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, considera que la disculpa no basta y reclama la convocatoria de un congreso extraordinario donde Sánchez no debería presentarse. Susana Díaz, expresidenta andaluza, ha ido un paso más allá y ha exigido la convocatoria de elecciones anticipadas para resolver la crisis política de raíz.
Los socios de gobierno no se han quedado atrás. Aunque la legislatura no está en riesgo inmediato, el partido Sumar ha reclamado un "reset" en las relaciones con el PSOE y exige un trato de igual a igual en la coalición, evidenciando tensiones crecientes. ERC y el BNG han registrado ya peticiones formales para que Sánchez comparezca en el Congreso y den explicaciones detalladas. Los republicanos también han solicitado una auditoría al antiguo Ministerio de José Luis Ábalos, en medio de sospechas aún no aclaradas. Junts, PNV y Podemos coinciden en que no basta con palabras y esperan medidas concretas que restauren la confianza.
En la oposición, el discurso se mantiene inamovible. El Partido Popular descarta por ahora una moción de censura, pero hace un llamamiento a los socios de Sánchez para que rompan con el Ejecutivo y dejen de ser "cómplices" de lo que consideran una gestión fallida. Vox, en su línea más combativa, ha calificado la actitud de la oposición como una "derechita cobarde" y reclama mayor contundencia.
Con todo esto, el perdón de Sánchez no ha logrado reunir los apoyos suficientes en el Congreso para consolidar su posición. El ambiente político sigue en tensión y las próximas horas serán decisivas para conocer si el presidente logra reconducir esta crisis o si, por el contrario, su futuro político se complica aún más.