Tras la investidura, comienza la, posiblemente, legislatura más complicada para el presidente del Gobierno en funciones y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Algo que ya hemos comprobado en estas últimas 48 horas que ha durado el debate de su investidura.

Bildu le ha dicho que tenga cuidado, que no cuenta con un "cheque en blanco", mientras que desde el BNG aseguran que serán "exigentes y estarán atentos al cumplimiento del acuerdo". Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) le ha avisado de que ande con ojo porque "no tiene alternativa" para gobernar sin ellos.

Junts, que ha jugado con sus votos hasta el final, el miércoles mismo les dijo que "no tentaran a la suerte". Incluso, cuenta el periodista Fernando Garea, en El Español, obligaron a Sánchez a cambiar su discurso. Por eso, al final pasó de hablar de "dialogo" en su primera intervención a hablar de "negociación", tras el enfado de los independentistas.

Durante su primera intervención y refiriéndose a Cataluña, Sánchez llegó a citar la palabra diálogo hasta siete veces, lo dijo incluso en catalán. Una palabra o una forma de entender el proceso de negociación entre Junts y PSOE que no gustó en absoluto a la formación catalana. Así se lo trasladaron fuera de cámaras y también Míriam Nogueras lo hizo en su intervención desde el estrado. El mensaje cuajó y, de hecho, en la réplica de Sánchez a Junts ya no volvimos a escuchar la palabra diálogo pero sí la de negociación.