¿Nos protegen las vacunas contra la variante ómicron? Es una de las preguntas más repetidas en los últimos días entre científicos, profesionales sanitarios e incluso en las poblaciones de todo el mundo. El CEO de la farmacéutica Moderna le ha dicho al medio 'Financial Times' que "las vacunas existentes serán mucho menos eficaces para hacer frente a ómicron que a las anteriores cepas de coronavirus", pero no hay ningún dato público que sostenga esa frase del jefe de Moderna.

Se sabe que esta variante cuenta con elementos para ser potencialmente peligrosa. Sin embargo, aún se desconoce cómo responden las vacunas ante esta cepa. De momento, en unas primeras conclusiones de los informes sudafricanos se ve que protege de la gravedad de la infección. Aunque todo tiene un carácter preeliminar. Las conclusiones llegarán en dos semanas, pero nada indica de momento que las vacunas no vayan a funcionar con la nueva variante.

Sin embargo, el mundo está blindándose, vuelven las restricciones a media Europa. Si en dos semanas los científicos nos dicen que las vacunas no sirven contra Ómicron, ¿cuál es el plan? Hay tres posibles opciones. La primera, poner una dosis de refuerzo, pero no es como las que se están poniendo ahora. Tendría mucha más potencia y fuerza. Es decir, esa dosis de refuerzo doblaría la cantidad del medicamento que nos ponen para vencer al coronavirus. Así, la primera opción es poner vacunas más fuertes.

La segunda opción tiene que ver directamente con las farmacéuticas, que no han parado de investigar. El tener una vacuna no ha evitado que siguieran trabajando en el virus, en sus variantes y en nuevas vacunas contra ellas. Algunas de las variantes estudiadas tienen elementos en común con esta nueva. Y precisamente, contra esas se ha hecho alguna vacuna de prueba. La opción B se basa por tanto en ver si esas vacunas de prueba sirven contra esta variante, si no hace falta trabajar más... de momento.

La tercera opción es encontrar una nueva vacuna específica contra esta variante ómicron. En teoría, no debería ser muy complicado desarrollarla porque las técnicas empleadas permiten adaptarse bien ante nuevas variantes. Habría que investigar, desarrollar la vacuna, comenzar a producirla, aprobarla. Y todo eso puede llevar unos cuatro o cinco meses. En este punto, salta una nueva duda: de esta hipotética vacuna contra esta variante ómicron, ¿habría que comprar nuevas dosis? ¿Habría que firmar un nuevo contrato?

La respuesta: no. Europa tiene firmado un contrato con Pfizer por 1.800 millones de dosis, con posibilidad de 900 millones más. Son contra esta variante o la actual si hace falta. Y las dosis que se están enviando ahora son contra esa variante. Pero si viene una nueva variante y hay que luchar contra ella, eso no implica que se tenga que firmar un nuevo contrato. Otra cosa es que en el futuro se nos acaben las vacunas y haya que comprar más. Pero esta ronda está pagada.