Tiene la llave
La guerra de Putin se extiende más allá de Ucrania: Europa es ahora el verdadero enemigo
¿Qué podemos esperar? Con Rusia preparándose para una gran ofensiva en primavera y verano, y descartando cualquier solución diplomática a corto plazo, el conflicto se encamina a una escalada prolongada.

Mientras la atención mundial sigue centrada en Donald Trump y sus declaraciones sobre Ucrania, en Moscú el discurso es otro: la victoria. Un reciente informe de inteligencia de Lituania ha sido categórico sobre la postura del Kremlin en la guerra. Según este análisis, "es poco probable que se alcance una solución diplomática a la invasión rusa en los próximos seis meses". No solo eso, sino que Rusia cuenta con los medios para continuar el conflicto durante años y, lo más alarmante, Putin ahora está convencido de que puede ganar.
El documento lituano subraya que Moscú no busca negociar, sino imponer su victoria. "Putin solo terminará la guerra cuando Occidente y Kiev asuman la derrota", advierten los analistas. Esta visión refuerza la creciente confianza del Kremlin en una ofensiva prolongada, especialmente ante la incertidumbre política en Estados Unidos y las dudas europeas sobre el envío de más ayuda militar.
Pero hay un factor nuevo en el discurso ruso: el enemigo principal ya no es Estados Unidos. La maquinaria propagandística del Kremlin ha comenzado a modificar su narrativa, tratando de desligar a Washington del conflicto. Según el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, Estados Unidos ha pasado de ser "la mente maestra del mal" a un simple "espectador inocente". En su lugar, el Kremlin apunta ahora a Europa como el verdadero adversario.
El debate en Europa sobre el posible envío de tropas a Ucrania ha sido recibido con una amenaza clara por parte de Moscú. El portavoz del Kremlin ha sido tajante: si países europeos despliegan tropas en territorio ucraniano, Rusia lo interpretará como una intervención directa de la OTAN en la guerra. "Rusia no se quedará de brazos cruzados", advirtió.
El mensaje es claro: cualquier movimiento de tropas occidentales podría desencadenar una escalada sin precedentes. Sin embargo, lo llamativo es que Rusia no menciona a Estados Unidos en esta ecuación. Para el Kremlin, la batalla ya no es contra Washington, sino contra Bruselas, París, Berlín y Londres.
Los medios de comunicación rusos han adoptado esta nueva línea con rapidez. En sus publicaciones de hoy, la prensa afín al Kremlin habla abiertamente de una "oportunidad de oro" para lograr la victoria en Ucrania. Las expectativas de Moscú se centran en una gran ofensiva en primavera-verano, aprovechando la posible reducción de apoyo occidental y la falta de satélites de la OTAN que antes anticipaban sus movimientos.