La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se encuentra en el centro de atención una vez más, esta vez como testigo en el caso de la caja B del Partido Popular de Madrid. La investigación, que abarca diez años, se enfoca en presuntas irregularidades financieras durante las campañas electorales del PP de Madrid en 2007, 2008 y 2011. Anticorrupción ha solicitado su testimonio, planteando preguntas sobre su conocimiento de estas prácticas.

A lo largo de una década, Aguirre ha transitado por diversos roles políticos durante este tiempo, desde la presidencia hasta la dimisión, pasando por su imputación y posterior des imputación, para ahora encontrarse en la posición de testigo.

El caso, derivado de una pieza separada de la trama Púnica, busca determinar si existió una 'caja B' en el seno del PP madrileño. En declaraciones pasadas, Aguirre manifestó incredulidad ante la investigación, llegó a decir a Cristina Pardo en 'Al Rojo Vivo' en 2015 que no iba a decir en unos años que "no lo sabía", sin embargo, su postura cambió a los seis meses, pasando del rechazo absoluto a afirmaciones de "no me consta".

En esa época Aguirre se da cuenta de que más de dos nombramientos le han salido rana, imputan al ex gerente del PP de Madrid y la presidenta dimite, se fue, pero siguió asegurando que no le constaba financiación ilegal alguna.

En 2019, fue imputada por el juez García Castellón, aunque posteriormente fue des imputada al no poder acreditarse su conocimiento de las prácticas irregulares. Ahora, dos años después, se le ha convocado nuevamente como testigo, la incógnita ahora radica en cómo responderá Aguirre ante esta nueva citación, en la que estará obligada a decir la verdad. ¿Será un rotundo no, o recurría nuevamente al clásico "no me consta"?