¿Qué camino tomará?

EEUU arrincona a Putin: Trump lo obliga a elegir entre la guerra, la paz o una trampa estratégica

Entre líneas En cada movimiento se esconden cálculos estratégicos, y lo que a simple vista parece una salida podría ser, en realidad, una trampa.

EEUU arrincona a Putin: Trump lo obliga a elegir entre la guerra, la paz o una trampa estratégica

Estados Unidos ha puesto a Vladímir Putin en una posición incómoda, obligándole a tomar una decisión crucial en un momento en que lo que más le conviene es mantener el statu quo. Con su ejército avanzando día tras día en Ucrania y sus ganancias territoriales aún limitadas, el Kremlin se enfrenta ahora a una presión externa proveniente de la Casa Blanca.

La propuesta de un alto al fuego por parte de Donald Trump, quien busca erigirse como el presidente de la paz, ha forzado a Rusia a considerar tres opciones, todas ellas con implicaciones profundas para el futuro de la guerra en Ucrania.

Opción 1: rechazar la tregua y continuar la ofensiva

Putin podría decidir desafiar la propuesta de Trump y mantener la ofensiva, un camino que podría resultar más costoso, pero con una aparente recompensa a corto plazo. Aunque las tropas rusas controlan solo un 11% del territorio ucraniano, el ejército sigue avanzando. De seguir con la guerra, Rusia podría ganar más terreno en un conflicto que ha costado la vida de cerca de 200.000 soldados rusos. La lógica detrás de esta opción es clara: Putin cree que la victoria final está al alcance, y su ambición no está limitada a una mera tregua, sino a una ocupación completa de Ucrania.

Sin embargo, rechazar la tregua no está exento de riesgos. Convertir a Trump en enemigo puede ser una jugada peligrosa. El presidente estadounidense, quien ha intentado posicionarse como el salvador de la paz, podría redoblar su presión internacional contra Rusia. Además, la prolongación de la guerra podría llevar a una mayor condena de la comunidad internacional, que aumentaría aún más las sanciones económicas que asfixian la economía rusa. ¿Vale la pena arriesgarse a un enfrentamiento directo con un líder que busca llevar la paz como bandera? La respuesta de Putin aún está por verse.

Opción 2: aceptar el alto al fuego, pero con condiciones estrictas

La segunda opción es aceptar el alto al fuego, pero solo bajo condiciones muy específicas que favorezcan los intereses estratégicos de Rusia. La más importante: la salida de Zelenski del poder. Putin podría exigir que Ucrania celebre elecciones presidenciales, un proceso que tomaría meses, lo que permitiría a Rusia ganar tiempo en su objetivo de consolidar sus conquistas territoriales. Este escenario es tentador porque, además de dar tiempo a Putin para reorganizar sus fuerzas, permitiría a Rusia asegurarse de que el nuevo presidente ucraniano sea alguien más cercano a sus intereses.

Pero esta opción también tiene riesgos. Si Occidente, y particularmente Estados Unidos, accediera a estas demandas, podría ser interpretado como una victoria parcial para Rusia. Sin embargo, la paz en Ucrania no significaría necesariamente el fin de la guerra en términos militares. Putin podría conseguir que las sanciones occidentales fueran levantadas, lo que aliviararía las tensiones económicas de su régimen, pero la creación de un nuevo escenario político en Ucrania podría llevar a una situación de inestabilidad prolongada, lo que aumentaría las probabilidades de una reanudación del conflicto en el futuro.

Opción 3: aceptar la paz temporal y buscar romperla después

La tercera opción es una jugada estratégica más arriesgada y a largo plazo: aceptar el alto al fuego, pero sin la intención de cumplirlo a largo plazo. En este escenario, Putin podría fingir que está dispuesto a llegar a un acuerdo, trabajando con Trump para dar una apariencia de éxito diplomático. La clave aquí sería extender el proceso de negociación durante varios meses, creando una falsa sensación de paz mientras se continúa con los preparativos para reanudar la guerra en el futuro.

Este escenario permitiría a Rusia obtener algunas concesiones inmediatas, como la promesa de que las sanciones serán levantadas y que se podría llegar a un acuerdo sobre la situación política en Ucrania. Pero el verdadero objetivo de Putin sería asegurar que su ejército no solo mantenga el territorio conquistado, sino que también obtenga más ventajas a largo plazo, como un nuevo presidente ucraniano que sea más accesible a sus intereses y, crucialmente, la estabilidad económica que vendría con el fin de las sanciones occidentales. De esta manera, Putin podría ganar tiempo y preparar el terreno para una reanudación del conflicto en mejores condiciones, tal vez con un occidente ya cansado de las tensiones.

El dilema final: ¿qué camino tomará Putin?

Putin se enfrenta a una decisión que podría definir el futuro de Rusia y de Ucrania durante décadas. Cada una de las tres opciones tiene riesgos significativos. Continuar con la guerra podría conducir a una mayor destrucción, pero también a un potencial avance territorial que podría cambiar la dinámica de poder en Europa. Aceptar la tregua podría llevar a una resolución temporal, pero con condiciones que podrían ofrecer a Rusia una ventaja estratégica a largo plazo. Y, por último, aceptar una paz falsa podría permitir a Putin manipular el proceso de negociación, asegurándose de que cualquier acuerdo de paz sea solo un respiro temporal antes de reanudar el conflicto en el momento adecuado.

Lo que es indiscutible es que, mientras Putin intenta navegar por estos caminos, la presión internacional sigue aumentando. Trump podría ganar terreno como el defensor de la paz, pero si no se satisface con la tregua, Rusia podría quedar atrapada en un conflicto prolongado. Putin debe elegir sabiamente, porque la siguiente jugada podría ser la última.