La huella de Akira Toriyama , a través de su creación más emblemática, Dragon Ball Z, se extiende por toda España. Ciudadanos de todo el país crecieron con la creación de Toriyama, dejando huella en la manera en que varias generaciones se relacionaron con sus idiomas regionales.

Era principios de los 90 cuando Goku, el heroico Saiyan de peinado imposible, se adueñó de las pantallas de Cataluña, Galicia, País Vasco y la Comunitat Valenciana. Este personaje no solo era conocido por sus proezas y transformaciones, sino también por su habilidad de "hablar" en múltiples idiomas cooficiales, dependiendo de la región en la que se emitiera su serie.

Este fenómeno convirtió a "Bola de Drac", "As Bolas Máxicas" y "Dragoi Bola" en más que simples nombres de una serie; se transformaron en parte de la cultura infantil regional, incentivando a muchos a escuchar y practicar su lengua cooficial a través de las aventuras de Goku y compañía.

El impacto televisivo de Dragon Ball Z en la difusión lingüística fue inmediato y profundo. Emisoras públicas en Galicia y el País Vasco comenzaron a emitir la serie en 1991, reportando altas cifras de audiencia. Este éxito evidenció el potencial de los medios de comunicación como herramientas para la normalización lingüística, mostrando que los contenidos infantiles y juveniles podían desempeñar un papel crucial en este proceso.

En Cataluña, la serie creó una generación de jóvenes y niños que no podían concebir a Goku hablando en otro idioma que no fuera el catalán. Este fenómeno se replicó un año después en la Comunitat Valenciana, con la incorporación de Canal 9 a las emisiones de la serie en valenciano. Dragon Ball Z no solo introdujo la animación japonesa en miles de hogares españoles, sino que también trajo consigo la riqueza y diversidad de las lenguas cooficiales del país,