Vuelven a sonar con fuerza las palabras de Joe Biden en su discurso del estado de la Unión. Defendió que el sistema fiscal estadounidense no es justo y llamó a los republicanos a aprobar impuestos para los ricos: "hay miles de multimillonarios en EE.UU pero ninguno debería pagar menos impuestos que un maestro o un bombero," ha defendido el presidente.

Una afirmación que no es del todo nueva. Dijo prácticamente lo mismo por ejemplo en marzo de 2022 y también mismo mensaje hace casi dos años cuando cumplió solo 100 días en la Casa Blanca. Los mensajes suenan bien sobre todo viniendo de la meca del capitalismo. Pero, ¿está realmente Joe Biden cambiando el equilibrio entre los más ricos y los más pobres? De momento, no. Por ejemplo, el famoso impuesto del que siempre habla para que quienes tengan fortunas de más de 100 millones tengan que pagar un 20% sobre la renta en lugar del 8% que están pagando de media, no ha logrado sacarlo adelante. No lo hizo antes de las elecciones y, ahora, con un Congreso con mayoría republicana es prácticamente imposible que esta idea vea la luz. Impuesto con el que esperaba recaudar 360 millones de dólares.

Sin embargo, Biden ha logrado aprobar un impuesto para los que ganan más de 450.000 dólares al año. Les ha subido lo que van a pagar por IRPF del 37% al 39,6%. Dos puntos y medio más. Pero no entrará en vigor hasta 2025 y hay elecciones presidenciales de por medio.

En cuanto a las empresas quería subir el impuesto de sociedades del 21% al 28% y, de momento, no lo ha conseguido. El tema se atascó y sigue como en tiempos de Trump quien lo bajó de un 35% a un 21%.

Biden también anunció un nuevo impuesto para "castigar" a las 55 grandes corporaciones que, según sostiene, tuvieron unos beneficios de 40.000 millones de dólares y pagaron en impuestos 0. En agosto consiguió aprobar un impuesto mínimo del 15% obligatorio para las empresas con beneficios mayores a 1.000 millones de dólares. La diferencia con el de sociedades es que las corporaciones no van a poder recurrir a artimañas fiscales con Hacienda, diciendo que se han gastado esos beneficios en reinvertirlos o en recomprar acciones. La Hacienda estadounidense se va a fijar directamente en los beneficios que aparezcan en sus cuentas de resultados y en base a eso les hará pagar.

Además, ha logrado aprobar un impuesto del 1% para las recompras de acciones de las grandes empresas. Al final de este 2023 se verán los resultados. Con todo esto Biden quiere ingresar unos 300.000 millones para el Estado en la próxima década.