El presidente de Ucrania se vacunó en el mes de marzo contra el coronavirus. Volodímir Zelenski se administró la fórmula de Covishield, una marca blanca de AstraZeneca fabricada en India. Pero según la propaganda rusa, es todo mentira, afirmando que lo que se estaba poniendo realmente el líder ucraniano eran unas gotas de vitaminas. Esa es la tesis de la Comisión Europea en un informe que Rodrigo Blázquez y José María Rivero han revelado en laSexta Clave.
Porque, según la Unión Europea, China y Rusia han lanzado una campaña masiva de desinformación para hundir a las llamadas vacunas de occidente. Ambos países están usando sus redes y medios para difamar y corromper la imagen y el prestigio de las vacunas que se emplean en occidente, así como el proceso de vacunación. Así lo ha apuntado el Servicio de Acción Exterior de la Comisión Europea, que han investigado casos y han hallado una serie de casos de gran importancia que los periodistas han detallado en el programa.
El primer ejemplo involucra a España. Aseguran que la vacuna de Pfizer está matando gente en España y Noruega. Todo fue porque en una residencia que gestionaba Mensajeros de la Paz se dio el caso de que tras vacunar a algunos de los residentes se infectaron de coronavirus y fallecieron. Esto, aunque es una consecuencia muy extraña, puede suceder, pero lo que hicieron los medios avalados por Rusia fue difundir que esto era un efecto secundario de la vacuna, o que la vacuna no servía para nada. Este 'bulo' se promovió sobre todo en el mundo árabe.
El segundo ejemplo de falsa información que se recoge en el informe de la Comisión Europea es que la vacuna de Pfizer va a servir para "esterilizar a los africanos". En este caso, se mezclan noticias sin nexo y sin explicar. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, afirmó que se debían enviar vacunas a África, y una organización negacionista aseguró que las vacunas no tienen ninguna base y que esterilizan. La conclusión que se sacó en un medio afín a Rusia es que Macron quería enviar vacunas a África para esterilizar a los africanos. Parece absurdo y difícil de creer, pero hay quien acaba cayendo.
Vamos al tercer ejemplo de la desinformación rusa detectada por la Unión Europea: acusan a Pfizer de ser como Blackwater y de estar colando las vacunas para conseguir bases militares en los países a los que les venden las vacunas. Lo cierto es que, según una investigación realizada en Perú, si eres un país sudamericano y vas a comprar vacunas, Pfizer te exige un aval para pagar. Por ejemplo, un edificio oficial. Pero lo que concluyeron los medios rusos es que si no pagas, Pfizer te pedirá que países extranjeros instalen bases en tu territorio.
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El cuarto ejemplo es una teoría de la conspiración que recuerda a las que había alrededor de los atentados de las Torres Gemelas. En ese momento se difundió que no había ni judios ni gente poderosa entre los muertos del atentado del 11-S porque ese día no fueron. Es un bulo que se basaba, en teoría, en que a los judíos les habían advertido de lo que iba a pasar. Pues algo similar ha pasado esta vez. Ahora, la propaganda sostiene que hay muertos tras la vacuna de Pfizer y que no hay ningún gran directivo entre las víctimas porque no se ponen la vacuna, que está pensada para diezmar a la población. Decían que la prueba estaba en que el responsable de Pfizer no se la había puesto. Pero no es cierto, porque sí lo hizo.
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