"Javier Gurruchaga había estado diez minutos de su vida en el Arny porque estaba rodando la princesa roja en Sevilla y en el AVE un señor le dio una tarjeta para que fuera a beber una copa. Él que solo bebe Coca-Cola solo le ofrecían Pepsi-Cola y duró 10 minutos porque es un maniático", ha indicado.

El problema, ha indicado, "es que cuando cogen a Saldaña sacan los nombres de todo el que venía para intentar darle otro tono al sitio": "Se vendían listas en la calle de que había curas, militares y de todo. Se vendían a los periodistas. Es una vergüenza tener que pasar por esto". Puedes escuchar los detalles sobre el caso en el vídeo principal de esta noticia.