Natalia sabe perfectamente lo que es estar en una situación de riesgo. Su trabajo como especialista de cine lo avala: "He rodado escenas de noche, a tres grados bajo cero y mojada. He caído a una cuneta desde un camión y he estado sin poder moverme", relata con solemnidad.

Pero su empleo, que define como "muy duro", no es el único reto que ha tenido a lo largo de su vida: "En situaciones personales he tenido que llevar un negocio yo sola, a cargo de ocho caballos y con mi hija a cuestas". Natalia describe lo complicado que es cuidar de tantos animales, de una niña y más en plena crisis económica. "Lo pasé fatal", sentencia.

Ahora bien, en La Isla esta especialista de cine ve muchas posibilidades para darle un vuelco a su forma de ver las cosas: "Espero afianzarme a mí misma, sacar adelante la mujer que llevo dentro". Sobre todo quiere dejar de "estar parada", demostrarse quién es y quién fue. Ella lo describe en una palabra: "Resurgir".

Con respecto a su aportación en La Isla, lo tiene claro: "Me gustaría aportarlo todo. Dar fuerza, seguridad y capacidad de trabajo". Desde luego, es una persona de recursos, ya que asegura tener experiencia en fontanería, albañilería y manualidades. También ha pescado, aunque ha cazado menos, y asegura tener mucha imaginación.

¿Su límite? Conocerlo es uno de sus objetivos: "Voy para eso. Para saber dónde está mi límite y, en el caso de cualquier ser humano, creo que es el agua. Sé lo que es estar en ayuno, pero no me lo imagino tan mal como estar sin poder beber agua".