'El perfilador' se dirige a Algete, un municipio situado a 30 kilómetros al  noreste de Madrid. Empieza por conocer el entorno más próximo de la víctima. El padre de Eva es muy conocido en el pueblo, tiene una empresa de grúas.

Mientras el padre busca imágenes de su hija. La madre le hace al 'perfilador' un retrato de Eva: "Siempre decía que quería ser veterinario, pero también le gustaba mucho la arquitectura. Se le daba muy bien dibujar".

Los padres de Eva guardan un vídeo con su voz como oro en paño. Está en plena adolescencia. Aunque su forma de vestir sigue siendo infantil, Eva ya no se siente una niña. Se desmarca de los juegos de sus hermanas y en la pista de baile expresa sus ganas de ser mayor, como su prima.

Tiene casi 15 años y comienza a salir con sus amigas, a tontear con los chicos.  Emociones, sentimientos, deseos que cada día cuenta a su diario, que retrata mejor que nadie a la adolescente. Es una pieza clave en la investigación del caso.

Los padres de Eva se disponen a contarle al perfilador qué ocurrió el último sábado que vieron a Eva con vida: "Empecé a llamar a mi marido a las doce menos diez, preocupada". Medianoche. Eva siempre es puntual y no llega. La madre a las 00:10 no aguanta más y recorre los 900 metros que separan la vivienda familiar del cuartel de la Guardia Civil.

Pero es demasiado pronto para poner una denuncia. La familia empieza una búsqueda contrarreloj. Buscan a Eva desesperadamente durante siete horas. Será la noche más larga y dura de sus vidas. 12 horas después, un coche de la Guardia Civil aparca frente a la casa de la familia Blanco, quienes ya se temen lo peor.