Los billetes con los que se paga en el interior llevan su cara impresa. “Ha cambiado muchísimo. Había más turismo más gente ahora con la crisis…esto ha vivido años muy buenos”, explica un empleado. “Por aquí han desfilado muchísimos artistas. Miguel Ríos, la Jurado, la Caballé, la Pantoja era fija discontinua venía un años 3 y 4 veces, los Morancos, Alejandro Sanz, muchísima gente, muchísima”.

Sandokán encuentra en el Tívoli el mejor escaparate para darse a conocer. Plagado de famosos. Consigue aumentar su popularidad. “Eso era una revolución. Pasar por Tívoli era pasar por lo más grande. Yo recuerdo que ese parque de atracciones lleno las 24 horas del día porque cerraban 2 o 3 de la mañana. …todos los artistas que hemos pasado por Tívoli lo deben de recordar con muchísimo cariño al menos yo”. Gil y Sandokán acaban rodeándose de los mismos famosos. Todos asiduos a la Costa del Sol.

Alfonso es trabajador del Tívoli. Lleva 40 años trabajando en el parque de atracciones. Ha vivido de cerca la llegada de Sandokán. “Llegó y nos dio una subida de 200 euros por trabajador fijo y fijo discontinua. Así sin nada, por guapo que eres”, explica Alfonso. “Aquí el dinero se gastaba tela”.

Sandokan emprende su particular burbuja inmobiliaria. A pocos metros del Tivoli levanta su mayor promoción de viviendas. Y construye un hospital privado. Quizá por eso Rafael Gómez, Sandokán tiene en Benalmádena su propia avenida. Su fiebre constructora  avanza.

Y cuando no queda suelo… Sandokán se lanza a edificar sobre el agua. “Bueno lo de Puerto Marina era una carrera contrarreloj él sabía que era muy difícil que ese proyecto se parara si estaba terminado… Tuvieron que estar trabajando a 3 turnos día y noche durante 3 meses para llevar a cabo aquella obra faraónica en una situación insospechada”.