Tras décadas esperando la noticia, se llevó a cabo la exhumación del general Queipo de Llano. "En cuanto lo leí, me puse a gritar en casa, a llorar, me puse muy emocionada", expresa Lourdes Farratell, víctima del franquismo, a lo que añade que "hasta la cuarta generación" se les reconoce como víctimas del franquismo.
"Mi abuelo era periodista, tenía un periódico local, y el 29 de agosto de 1936 se lo llevaron de su casa, y nunca más hemos vuelto a saber nada de él", relata la mujer. Su padre falleció, pero dejó grabada la historia del abuelo: "Vinieron a por mi padre y le dijeron a mi madre que no se enfadara, que iban a llevar a su marido a una comisaría, pero que no pasada nada; sin embargo, ahí fusilaron a mi padre", se escucha decir al padre de Lourdes en un audio.
El hombre, también cuenta que eran "seis hermanos" y que los dejaron "en la calle mientras llovía", tras lo que se tuvieron que meter "en un vertedero de basura" porque estaban "en la miseria, sin nada". "Este señor aplicó el terror totalmente, y yo tengo un recuerdo de estar en la puerta de la Macarena con mi padre, y él no quiso entrar porque decía que ahí estaba el que mató a su padre", recuerda Farratell.
¿De dónde sacaba tanto dinero?
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El criminólogo del doble crimen de Guanarteme resalta el elevado tren de vida de Rogelio, subdirector de la sucursal donde tenían todos sus ahorros y principal sospechoso del asesinato: "No corresponde con el nivel de vida normal de un sueldo de subdirector de un banco".