Las estrellas Michelin reconocen el esfuerzo y la presión bajo la que se trabaja en la alta cocina. En 2017, varias denuncias de becarios y trabajadores salpicaron a algunos grandes chefs. Denunciaban la realización de jornadas superiores a 12 horas y que dormían hacinados en literas. Sin embargo, este tipo de prácticas hoy en día están bajo la lupa de los inspectores de Trabajo.

Equipo de Investigación entrevista a una mujer que demandó las malas prácticas de un restaurante en el que trabajó. Rememora el momento de la apertura del local, cuyo chef "tenía mucha ansias de obtener una estrella Michelin". "Ahí fue donde comenzó realmente la pesadilla", lamenta.

"No había personal y teníamos que estar siempre una u otra persona porque era lo que nos exigían los dueños... Hasta que comencé a tener problemas de ansiedad, a sentirme nerviosa, no dormía bien...", explica la mujer, como puede observarse en el vídeo superior. Denuncia ante las cámaras del programa que durante el primer mes de la apertura trabajaron "unas 15, 16 horas -diarias-, un total de unas 200 horas al mes sin descansar, de lunes a lunes". "Yo amaba la cocina, pero ahora lo que he conseguido es deteriorar mi salud", destaca.