"¿Podemos ir grabando durante todo el tour?", quiere asegurarse Jalis de la Serna, algo alerta tras el confinamiento forzado en un hotel al que tuvieron que atenerse el día anterior todos los miembros del equipo de Enviado Especial debido a las restricciones del régimen de Turkmenistán. El guía y traductor responde un 'sí, pero no' que no convence a ninguno de los allí presentes. Pero no hay otra opción. "Podéis grabar hasta que Allmyrat dice que no. Ahí no se puede". Allmyrat es el representante del Gobierno que les está custodiando en este viaje y del que no podrán despegarse en los próximos 15 días, de nuevo, por órdenes gubernamentales.
La excursión les lleva por todos los espectaculares edificios de los que presume Ashgabat, la capital del país. Apenas 50 kilómetros la separan de la frontera con Irán. "Estamos rodeados de edificios majestuosos", describe Jalis. "Claro, es un capricho del primer presidente. En el año 2000 quiso hacer una ciudad nueva, moderna y construyeron todo nuevo", cuenta Dmitry.
Es un oasis en medio del desierto. Reconstruido con más de 500 edificios forrados de mármol blanco. El objetivo era ostentar un récord Guinness. Entre tanto lujo hay algo que inquieta al periodista. "¿Todos los edificios están habitados?", acaba preguntando. "Sí. Mira, a la izquierda es viviendas... Éste es un hospital. Aquí hay muchos hospitales nuevos. Es que segundo presidente es... es médico, dentista...", explica el traductor. Pero no podrán grabar, al menos que Allmyrat dé su consentimiento. Al escuchar su nombre, el vigilante del régimen gira la cabeza. "Va un poco pendiente de lo que digamos...", concluye Jalis.
Dmitry les advierte antes incluso de recibir orden alguna. Ya sabe a lo que se exponen. "Esta parte no se puede grabar. Solo aquí. A este lado no porque hay soldados que nos vigilan". Durante todo el trayecto, apenas ven a personas por la calle.
El autobús se detiene y el equipo baja del vehículo. Ante ellos, el monumento a la independencia. "Independencia de la Unión Soviética, ¿no?". "Sí, desde año 1991", explica Dmitry. El segundo presidente, Gurbanguly Berdimuhamedow, padre del actual, fue quien promovió su construcción. A Jalis le extraña esta coincidencia familiar. "¿Fue por designación a dedo de su padre o hubo elecciones?".
Dmitry responde con rapidez. "Había 9 candidatos en total. Y entre 9 le eligieron a él", asegura vehementemente. "Había algún tipo de dudas respecto a eso", le dice el español. "Yo no he visto nada extraño", asegura él.
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Jalis no puede dejar de extrañarse. No han visto ni a una sola persona por la calle más allá de trabajadores y operarios de limpieza. Dmitry asegura que por las tardes, la plaza está a rebosar, pero justifica la falta de turismo. "En año 2018 teníamos... Total extranjeros, 150. Es que hay poca información. La gente no sabe qué esperar de Turkmenistán. Menos mal que ahora vosotros podéis explicar a su gente en España y a todo el mundo, que este es un país muy bonito, muy tranquilo. Crimen: aquí no hay. Aquí no se roban ni coches, ni nada", asegura.