En abril de 2012, la foto que representa la cacería y el accidente en Botsuana del rey Juan Carlos I marca un antes y un después. La imagen rompe el silencio sobre Corinna Larsen, que se encontraba en ese viaje con el rey.

Juan Carlos I pidió perdón por irse de cacería en un momento en el que España se encontraba sumida en una crisis económica, pero en ese momento, según las investigaciones a día de hoy abiertas, el rey emérito ya acumularía hasta 100 millones de dólares.

En eso se centra una de las investigaciones abiertas en nuestro país por la Fiscalía del Tribunal Supremo: la de la supuesta comisión del AVE a La Meca. Parte de ese dinero, 65 millones, acabaron viajando a una cuenta en las Bahamas a nombre de Corinna Larsen en 2012, tras el escándalo de Botsuana.

Otro frente judicial se centra en el uso de tarjetas opacas. La Fiscalía investiga gastos que se habrían hecho con esas tarjetas entre los años 2016, 2017 y 2018, a cargo de cuentas que nos estarían a nombre del rey emérito.

La última de las investigaciones que hemos conocido trata de esclarecer los movimientos sospechosos que se habrían hecho desde sociedades vinculadas a su figura. Habrían hecho movimientos sospechosos recientemente, según alertó el Servicio de Prevención de Blanqueo.

Fuera de nuestro país, en Suiza, se investigan las donaciones vinculadas al rey emérito por sospechas de blanqueo de una cantidad de varios millones que habrían sido gestionados por testaferros.