El ahora exjuez de la Audiencia Nacional explicó que, "a pesar de saber que su progreso como juez se iba a acabar tras las detenciones, era algo que había que hacer".

La intervención de conversaciones le valió una condena de 11 años de inhabilitación por prevaricación, pero Garzón sigue pensando que su "intervención fue correcta". De hecho, "el juez Pedreira no sólo ratificó las medidas que yo había tomado, sino que las prorrogó".

Garzón señaló, además, a Federico Trillo como artífice de la estrategia de defensa de los populares en la trama: "Si hubo alguna cacería fue la mía por parte de algunos elementos del PP con Trillo a la cabeza".