Lamine Thior explica que si hay un sitio "casi sagrado" para la comunidad negra, ese es la peluquería, porque "muchos blancos no lo saben pero para nosotros el pelo es un símbolo, un factor de autoafirmación, un motivo de orgullo y también de discriminación", señala, y comenta que, durante siglos, al pelo liso se le llamó "pelo bueno" y al pelo afro, "pelo malo": "El afro era el Thanos del mundo capilar".

Además, apunta que, en países como Brasil, Reino Unido o EE. UU., la ley sigue avalando que despidan a una persona negra que lleve su cabello en estado natural porque se considera sucio o desaliñado. "Más que un despido improcedente, creo que es un despido por ser procedente de África", comenta.

El colaborador indica que este tipo de cosas provoca que, por ejemplo, "las mujeres de África se pasen toda la vida usando cremas abrasivas para alisar el pelo o que a los niños en el colegio se les estigmatice" y cuenta que el 59% de los estudiantes negros en Reino Unido reconoce haber sido acosado con preguntas incómodas sobre su pelo.

"Los blancos tenéis tanta manía con invadir que también queréis invadir nuestro espacio personal", sostiene, y declara que los negros, especialmente las mujeres, tienen que soportar que la gente les toque el pelo sin permiso, algo que a las blancas no les ocurre. "El pelo ajeno no se toca porque los negros no somos cachorritos que podáis acariciar sin consentimiento", subraya.