En Estados Unidos, el Pentágo calcula que el 8% de sus soldados son obesos. En China tampoco se libran, sus tropas son cada vez más gordas. En los últimos 20 años han aumentado en 5 cm sus cinturas.

En Perú, la situación es tan crítica que se ha prohibido la venta de bebidas azucaradas en sus cuarteles. "Están tan a tope contra la obesidad que van a cambiar hasta la música tradicional, en vez de tocar la flauta de pan, van a tocar la flauta de quinoa".

También son "curvies" las fuerzas armadas de Gran Bretaña, donde han prohibido entrar a los soldados a la principal cadena de pastelerías del país. Hay una bomba a la que temen más que a la nuclear, que es la de chocolate.

Alistarse es un factor de riesgo si hablamos de obesidad. "Hoy en día es más fácil encontrar a un recluta con pies planos que con el vientre plano".