Este domingo se cumplen 20 años de la catástrofe del Prestige y Andrea Ropero ha querido recordar con Javier Sar, entonces jefe de la Cofradía de Pescadores de Muxía, cómo fue la llegada de aquella mancha viscosa que en cuestión de días tiñó todo de negro.
"Cruzamos una mancha de chapapote y nos llevó una hora aproximadamente hacerlo", explica Javier, que sobre la decisión que se tomó de alejar el barco de la costa afirma que "fue como si en un avión hay problemas, fallan los motores y le dices al piloto que suba". Asegura que temió por su modo de vida: "Cuando tú veías aquello que parecía una autopista te parecía imposible que volviera al estado normal", relata Sar, que recuerda el drama de muchos percebeiros que al coger el percebe "estaba seco, estaba muerto".
Sobre la actuación de los políticos, afirma que antes de que el rey Juan Carlos visitara el pueblo "no teníamos nada" y al día siguiente de su visita "llegó un camión con palas, mascarillas, guantes, fundas". Sin embargo, destaca que la diferencia la marcaron los voluntarios que ayudaron a sacar el chapapote de su medio de vida: "Si tenemos que deberle algo a alguien es a ellos, nada más". Javier no cree que se haya aprendido mucho de aquél desastre y asegura que "estamos en la misma situación en caso de otro accidente", si bien apunta que "hay un puerto exterior, espero que haya un protocolo por si hay un accidente llevarlo allí y no hacia afuera". Su historia, en el vídeo sobre estas líneas.