José Antonio Milara es uno de los bomberos que participó en la extinción y que casi muere allí: "Cuando llegamos a la planta 21 se abrió el ascensor y vimos el humo y ya nos ponemos en alerta porque vimos que estamos ante un incendio de grandes dimensiones".

Milara recuerda el momento en el que empezó a tener problemas para respirar y como le flaquearon las fuerzas: "Sentí un golpe fuerte de calor, una sensación de que no puedes respirar el aire está muy caliente y ya me flaquean las fuerzas. Respiraba prácticamente humo . Cuando pensé que no podía más pensé en mi mujer y mis hijos e intenté luchar un poco más, deshice el camino y cuando vi una luz blanca me derrumbé y ahí estaban mis compañeros que me sacaron".

Entre muchas sospechas, se abrió una investigación para determinar las causas del incendio. En el vídeo que grabó una ciudadana se veían unas siluetas en una ventana que se conocieron como los fantasmas del Windsor. Aunque el juez dio por bueno el vídeo, consideró que era irrelevante para determinar el origen del incendio.

"A raíz del fuego del Windsor hemos mejorado en procedimientos y protocolos para la extinción de edificios de gran altura", comenta Milara. El incendio del Windsor tardó dos días en extinguirse y el edificio seis meses en ser desmontado por completo.

Finalmente, el juez archivó el caso del incendio al no encontrar responsabilidad penal en ninguna de las personas que intervinieron en el suceso y a día de hoy no se sabe quien originó el incendio ni por qué razón.